Hace unos días me recordaba un profesor de la universidad la necesidad de comunicar mejor a la sociedad lo que son los transgénicos y desmontar las falsas ideas que tiene la sociedad respecto a ellos. Reconozco que, estando dentro de este mundillo en el que tendemos a hablar con otros colegas metidos en el tema, en ocasiones se llega a perder la perspectiva social. “¿Pero todavía hay alguien que crea que los transgénicos son malos?”. Los hay, sí, y muchos. Recientemente nos dimos de bruces con un recordatorio, al encontrar aquella propuesta en el programa de un grupo político que instaba a “declarar Madrid libre de transgénicos”. Supongo que, una vez más, los árboles no dejaban ver el bosque.
Haciendo de abogado del diablo, voy a romper una lanza en favor del debate, porque tampoco negaré que hay problemas asociados a los transgénicos. NO de los transgénicos per se, de la cuestión biológica digamos, sino más bien los derivados de ellos en materia legal o económica. Pero, siendo los menos, creo que es justo comenzar recordando lo básico.
¿Qué es una célula y qué es un gen?
Siéntete libre de saltarte esta parte si la consideras demasiado básica. Ahora bien, si perteneces a ese 65% de españoles que creen que los tomates que comen no tienen genes, o si no eres capaz de comprender por qué la sal no puede ser transgénica, quizá quieras empezar por aquí.
Empecemos con un descubrimiento revolucionario: los seres vivos están compuestos por células (vale, y más cosas). Bueno, fue revolucionario en 1838, cuando Schleiden y Schwann propusieron la teoría celular, pero si por una cosa u otra no pudiste estar allí y en los últimos 177 años no has sacado tiempo para leerlo en alguna parte, te interesa saberlo.

Imagen de María José Mas – http://neuropediatra.org/
El tomate (o tomatera) es una planta. Por tanto, un ser vivo hecho de células. El tomate, entendido ahora como la parte que nos comemos, es el fruto de la tomatera (sí, es una fruta, no verdura, ya que contiene las semillas de futuras tomateras), y por tanto, una parte de un ser vivo que también contiene células. La sal no es un ser vivo, no está hecha de células, por lo que NUNCA puede ser transgénica. Oye, la etiqueta no mentía. Se les olvidó avisar que es sal libre de camaleones púrpuras, lo único. Pero en fin.
Las células tienen en su interior ADN. El ADN es una molécula muy larga (o varias de ellas, según la especie) perteneciente a los ácidos nucleicos. Puedes aprender más aquí acerca de su estructura. ¿Y para qué sirve el ADN? Tiene dos funciones principales: la primera, servir de molde para hacer una copia de sí mismo cada vez que una célula se divide (de modo que la célula hija -¡sorpresa!- también tendrá ADN). La segunda, es el manual de instrucciones para crear proteínas.

Absolutamente para todo.
¿Qué es la expresión génica y la diferenciación celular?
Desde el momento en que espermatozoide y óvulo se unen para formar el zigoto, éste empieza a dividirse por mitosis, y todas las células hijas tendrán el mismo ADN (con excepción de los futuros nuevos espermatozoides y óvulos, que tendrán solo la mitad, para obtener el juego completo al fusionarse).
¿Por qué entonces son tan distintas las células de una parte el cuerpo y de otra? Porque, aunque en todas existen los mismos genes, no en todas están activos a la vez. A medida que las células se dividen, estos genes se van «encendiendo o apagando» total o parcialmente, es decir, transcribiéndose o dejando de hacerlo. Como hemos visto, esto hace que se formen distintas proteínas y, al final, que la célula pueda ser totalmente distinta. A este proceso se le conoce como diferenciación celular.
¿Qué es un transgénico y la ingeniería genética?
La ingeniería genética es el conjunto de herramientas que permiten modificar el ADN de un ser vivo, creando lo que llamamos un Organismo Genéticamente Modificado (GMO). Y modificar puede ser añadir, quitar o cambiar.
Por ejemplo, podemos eliminar el gen responsable de sintetizar una toxina para hacer un organismo deje de ser tóxico. O crear trigo sin gliadinas, que puede ser consumido por celíacos.



Hay otras posibilidades en la ingeniería genética que tampoco son transgénicos. Por ejemplo:
- Knock-Out: uno o más de sus genes estén inactivados. Hay varias formas para conseguir esto, como cambiar el gen por una versión mutada inutilizable, o ponerle una región promotora (la encargada de iniciar la transcripción) hipercondensada, con lo que sería imposible de leer. En estos casos, el organismo mantiene su genoma habitual, pero esos genes no se expresan.
- Knock-Down: el efecto es parecido, pero menos intenso. En este caso se permite que un gen se siga expresando, pero menos. Nuevamente hay muchas formas de conseguirlo, como cambiando el promotor del gen por otro menos activo, o utilizando ARN de interferencia (fragmentos complementarios al ARNm, que se unen a él y lo destruyen).
- Knock-In: el caso opuesto a los anteriores, en lugar de eliminar o reducir la actividad de un gen, se introduce un gen nuevo con otra funcionalidad. Puede causar un cisgénico, como ya hemos visto, o un transgénico.
Los transgénicos verdaderos son los que reciben genes de especies distintas. Y esto abre la puerta a un mundo de infinitas posibilidades. Por ejemplo, el maíz transgénico tiene modificaciones que aumentan sus resistencia a herbicidas e insectos. También podemos utilizarlos para combatir enfermedades: el arroz dorado es una variedad transgénica que contiene beta-carotenos (provitamina A) para aquellas personas con déficit de esta vitamina, responsable de resistencia a infecciones, la producción de anticuerpos, crecimiento óseo y fertilidad. O incluso podemos crear una variedad más resistente a la sequía, lo que permite llevar estos cultivos a zonas extremadamente calurosas, como África, ayudando con ello a combatir el hambre en estas regiones. De hecho, el precursor de llevar la biotecnología a la agricultura, Norman E. Borlaug, fue Premio Nobel de la Paz en 1970. Considerado el padre de la agricultura moderna y de la Revolución Verde, se le ha llamado “el hombre que salvó mil millones de vidas”, al aumentar la producción de Pakistán, India y lograr la autosuficiencia de México en la producción de trigo.
Pero si me habían dicho que los transgénicos eran el demonio…
¿Verdad? Hay mucha desinformación reinante, y como has visto, mucha gente ni siquiera sabe lo que es un transgénico, de modo que es fácil hacerles creer que son peligrosos para la salud o que acabarán con la economía mundial.
Pero si quieres saber más sobre esto, no te pierdas la segunda parte del artículo, donde explicaremos cómo se crea un transgénico y hablaremos de los falsos mitos que se les asocian.
Hola Fernando,
es un artículo muy interesante y explicado para entender fácilmente lo que es un transgénico/cisgénico y los beneficios que aporta.
Me pasó el enlace Viviana y te felicito, a partir de ahora comenzaré a informarme más sobre este tema antes de sacar conclusiones basadas en «he oído que…»
Un saludo,
Natalia
Hola, Natalia,
Me alegro muchísimo de que te haya gustado, y muchas gracias por el feedback de los cis/trans. Intenté hacerlo lo más divulgativo posible, si logra quedar clara la información es objetivo cumplido ^^
¡Un abrazo!
Muchas gracias Fernando por tu entrada.
Me alegra mucho que hayas utilizado la imagen de la célula humana que preparé para mi blog, en el post sobre enfermedades mitocondriales
http://neuropediatra.org/2015/02/28/mitocondrias-enfermedades-raras-y-la-madre-que-las-pario/
¿Podrías por favor poner los créditos y enlace a mi página?
¡Buenos días, María José!
Mil perdones, tienes toda la razón. Había respetado la url original para que se viese la procedencia, pero ya he incluido un link en cada imagen a su fuente original para darles a todos el crédito que se merecen. Muchas gracias, y enhorabuena por el trabajo, el diseño es impresionante 🙂
¡Buenos días!
Un artículo de lo más interesante.
De todas maneras, dos cosas:
Lo primero que el comentario de Ignacio es muy acertado, ¿podrías hablar de ello en próximas entregas?
Lo segundo es que estaría bien poder leer algo que justifique las afirmaciones sobre Pakistán y México sin tener que ir a buscarlo a otro sitio.
Muy buen trabajo, espero la próxima entrega.
¡Hola!
Muchas gracias por tus halagos 🙂 La respuesta a Ignacio viene en la segunda entrega que acabamos de publicar. En cuanto a la biblografía sobre Pakistán y México, puedes encontrarlas en las referencias 5, 6 y 7 de wikipedia, aunque no te las puedo enlazar directamente porque son publicaciones cerradas o libros: https://es.wikipedia.org/wiki/Norman_E._Borlaug
Un saludo, y muchas gracias!
¡Hola!
Creo que este artículo sirve para mejorar el conocimiento sobre los transgénicos por sí de los que no conocen sobre Biología, así que como información está bien. Entiendo que ese es su propósito y no otro, pero, como ha dicho que lo que quiere es provocar debate, sin embargo, diré que no hay pie a éste al no entrar en los temas más polémicos a los que sólo hace alusión en dos fragmentos de oración: «(no) negaré que hay problemas asociados a los transgénicos (…) (pero estos son por) materia legal o económica». No puedo estar de acuerdo. Si bien es cierto que «comerse un trasgenico» no provoca daños al que se lo come (como mucha gente desinformada piensa), salvo que creamos que tenemos capacidad para absorber genes del ambiente de forma espontánea, sí hay algunos daños ecológicos que no deben ser pasados por alto cuando abordamos este tema. Por poner un ejemplo paradigmático, las plantas capaces de producir la toxina Bt (o Cry) de origen bacteriano, que además son de reproducción aérea y no mediada por polinizadores, pueden reproducirse con flora silvestre y descontrolar el ecosistema al matar los insectos que son capaces de alimentarse de ella. Esto, además, puede seleccionar poblaciones de insectos resistentes y suponer un problema económico a medio plazo. En principio, las variedades de Maíz Bt son estériles, pero se ha descubierto que existen reversiones de este fenotipo y ya ha habido contaminaciones en la naturaleza, por lo que sí existen problemas biológicos asociados.
Por otra parte, yo sí estoy a favor de los transgénicos, aunque en condiciones muy controladas. Creo que son un tratamiento mucho más ético para la producción de, otro ejemplo clásico, insulina que las matanzas masivas de animales y la posterior purificación de la proteína. Los alimentos transgénicos, si son de invernadero, creo que pueden ser una buena opción pero el uso de determinadas variedades en países en los que la legislación no es adecuada o no se aplica (actualmente, vivo en México) puede provocar problemas ambientales.
Un saludo y a ver si, con suerte, vemos opiniones enriquecedoras.
Ignacio
Buenas tardes, Ignacio,
Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada. En realidad no sería taan descabellado que pudiésemos asimilar algún gen de lo que comemos, solo un poco infrecuente. Después de todo, Elysia chlorotica logró integrar los genes de cloroplastos de las algas que ingería, jeje. Bromas aparte, es cierto que la mayoría de problemas que pueden surgir son económicos y medioambientales, pero en esta segunda categoría creo que es solo cuestión de tiempo y de mejorar la técnica para evitar estos problemas. Creo que el maíz BT no es estéril, porque aunque la tecnología para hacerlo existe, empresas como Monsanto han declarado que no piensan utilizarla. Lo que se intenta evitar es la reproducción cruzada con variedades no transgénicas, y si bien es cierto que pueden darse casos de revertientes que lo logren, se ha desarrollado una tecnología nueva que podría evitarlo. Puedes verla en la nueva entrada: kcy.me/24uvg
Un saludo, y muchas gracias por tu interés 🙂
Buenas tardes, Fernando:
Estoy de acuerdo con que la mejora tecnológica podría reducir los riesgos ambientales pero creo más, en este ámbito, en el poder de la legislación. Creo que no debería autorizarse el uso de algunos transgénicos (no todos, obviamente) a cualquier empresa. Debería demostrar un compromiso ético y medioambiental suficiente y, si no, ser clausurada. Como dije, apoyo la experimentación y el uso de transgénicos, pero tengo una visión de la ciencia muy poco «neoliberal» y creo que la investigación sin legislación y en exclusiva por negocios sólo nos puede llevar a la ruina ambiental. Como no podemos, o no debemos, controlar qué se investiga en esas empresas más que por unas directrices, lo que sí podemos hacer es legislar sobre el uso y aplicación de los productos. Monsanto me parece el gran ejemplo de los peligros del uso irresponsable y antiecológico.
En cuanto a la transformación espontánea, ¡Dios!, ¡espero que no me toque!. Ahora mismo ando «haciendo las américas» y la comida que me puedo permitir es de lo más barato. A saber qué súper-poder adquiriría. Aunque no me vendría mal un poquito de fotosíntesis.
Finalmente, lo del maiz Bt estéril lo leí en un artículo, aunque hace ya unos cuantos años (2009 ó 2010). Quizá sólo se aplicaba a lo que se analizaba en el artículo y yo entendí que era la práctica común. Tendré que reinformarme sobre el tema, ahora ando muy alejado de la biotecnología y la microbiología, salvo por divulgación.
Un saludo y siga con su labor de divulgación, espero que lo lea no sólo la gente «del tema» sino que cale más allá. Leeré la continuación, que he visto que le ha comentado a Jordi.
Ignacio
Muy bueno!!lo único, y pensando en mis conocidos de fuera del ámbito biológico, si es posible, poned también algún clip en español.
Aún así muy bueno y necesario para entender y solventar las dudas que puedan existir o surgir!
Hola! Aquí tienes el clip doblado en español, aunque ya te aviso que tomes café, porque la voz es un rato soporífera 🙂
https://www.youtube.com/watch?v=dLkkc4xMcOU