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Un día en La Educación del Ser

Por Fernando Menéndez García

Apenas unos meses después del Campus Promete, el 17 de octubre tuvimos el honor de volver a ser invitados por la Fundación Promete a participar en uno de sus eventos por la nueva educación, La Educación del Ser.

En esta ocasión se trató de un evento doble. Por un lado, en el Circo Price y como continuación al Congreso de Mentes Brillantes 2015, tuvo lugar un foro de convergencia por el cambio educativo con algunos de los mayores expertos nacionales e internacionales. Si eres de los que año tras año sufre viendo los resultados españoles en el Informe Pisa, quizá quieras ver aquí los vídeos con las conclusiones de las distintas jornadas. ¡Cuánto echamos de menos entre el público a los que en apenas un mes estarán prometiendo el oro y el moro en sus programas electorales, para al final aplicar los mismos remedios de siempre!

 

ImagenSimultáneamente y justo enfrente, en La Casa Encendida, los voluntarios de AsBioMad nos juntamos a otros llegados de toda España para mentorizar a los jóvenes asistentes en sus propios proyectos creativos. ¡Y qué proyectos! Desde los experimentos químicos para el chico que quería crear un graffiti ardiente, hasta la investigación sobre el cambio climático para la niña que pretendía ser la próxima Al Gore de la concienciación global. Y puedo asegurar que, en todos estos años, innumerables niños me han dicho que querían ser médicos, pero ninguno tan seguro como Lucía de su vocación por la medicina forense y la anatomía. Puedo asegurar que, si cumplió su objetivo de pedir cita para asistir de oyente a la facultad de Medicina, en estos momentos hay un profesor flipando como yo mientras aquella niña le suplica ver una disección en directo.

 

¡ImagenY todo eso solo en el área de naturaleza en la que nos encontrábamos! Varios metros más allá veíamos artistas dibujando, directores grabando y jóvenes ingenieros aprendiendo a programar su robot destructor. Y aquel niño dentro de mí, deseando pedir paso para unirme a ellos en la conquista del mundo.

De aquel día los voluntarios no salimos ilesos ni de la hora de comer, en aquella maravillosa azotea soleada, donde los chicos de mayor edad nos dejaron bien claro que ninguno era tan joven para no tener su propia tarjeta de visita, e incluso Carlos y Olaya [que sí, nombres ficticios] nos contaron sobre la empresa que pretendían poner en marcha. Próximamente os contaré el resultado de nuestra primera reunión de negocios…

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Conforme se acercaba el final de la jornada, los chicos nos ofrecieron el tradicional show en el que nos explicaban el fruto de su trabajo y los pasos que darían durante el próximo año, ya trabajando por su cuenta, hasta lograr hacerlo realidad.Recuerdo con especial diversión el momento en el que se les pedía que escribiesen una carta contando a alguien su proyecto. Lo que pretendía ser una forma de que se comprometiesen con él, resultó especialmente motivador para Juan [nombre…¿lo adivinas? Sí, ficticio también], que tras decidir que no tenía especial interés en contárselo a nadie, decidió transformar su carta en un contrato de compraventa de su futuro robot. El rato siguiente fueron unos minutos inolvidables en los que le enseñamos a preparar un contrato legal y la razón por la que no podía firmar él mismo por la otra parte. ​

Al terminar la sesión tuvimos la oportunidad de desplazarnos al Circo Price para asistir a las conclusiones de la jornada, en la que Luis Cacho, Jorge Ruiz o los estudiantes del Colegio Brains nos explicaron en pocos minutos sus recetas para lograr un mejor sistema educativo en España.

Por si no habíamos tenido suficiente acción, antes de retirarnos a tomar algo a una cafetería cercana, nos ofrecieron unos curiosos instrumentos musicales (morteros de cocina, envases de plástico con arroz, latas de Coca-Cola con palillos…) con los que pudimos poner a prueba nuestra resistencia y sentido del ritmo (o, en mi caso, hacer mi mejor demostración de sentido arrítmico) con el artista AinTheMachine, inventor de música biotrónica.

Si algo queda claro en estos eventos, es que quienes vamos de voluntarios acabamos aprendiendo mucho más de lo que podemos enseñar. Espero que sea una experiencia que podamos repetir por muchos años.

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La Educación del Ser, un proyecto de la Fundación Promete y en la que AsBioMad participó como colaborador, es una iniciativa para potenciar los talentos y pasiones innatas de los jóvenes asistentes ayudándoles a desarrollar un proyecto que ellos mismos han escogido. Los voluntarios de AsBioMad orientaron a los participantes de la sección de Vida y Naturaleza, y tuvimos ocasión de asistir a las conclusiones de la jornada de debate en el Circo Price.

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