Cristian Hurtado Anciano, alumno de la UEM, nos cuenta su experiencia en el viaje a Granada que realizamos del 15 al 17 de abril de 2016. Puedes ver el álbum completo del viaje aquí.
Viernes
El madrugar y el frío de la mañana fueron la calma que precedía la tormenta. No fue hasta trascurridas dos horas de viaje (parada para estirar las piernas), cuando el Sol y el buen tiempo característico del sur nos levantó el ánimo. A partir de ahí dos horas más de risa y buena música hasta llegar al Centro de Mente y Cerebro asociado a la universidad de Granada, donde nos guiaron por las instalaciones del centro y debatimos sobre las nuevas líneas de investigación en el campo de la neurociencia y psicología.
Tras esto tuvimos nuestro primer contacto con la ciudad de Granada, tapeamos en una soleada terraza y comimos en el restaurante de una simpática granadina que nos atendió como a sus propios hijos. Nuestra próxima parada fue el Centro de Biomedicina y Parasitología del CSIC, donde el director del centro nos explicó el objetivo del CSIC en general y del centro de parasitología en particular. Al ser viernes por la tarde los equipos de investigación no se encontraban allí, pero aun así pudimos ver las instalaciones que resultaron muy interesantes. Inmediatamente después fuimos a una incubadora de empresas llamada BIC donde visitamos Nanogetic. Allí su jefe científico nos contó con todo lujo de detalles cómo la empresa producía los nanoanticuerpos que diseñaban según las exigencias de cada cliente.
Finalmente nos dirigimos al hostal donde descansamos un poco antes de separarnos en dos grupos, los que visitarían la Alhambra (opcional) y los que nos quedaríamos en la ciudad. Yo personalmente no fui a la Alhambra aunque seguro que fue un buen plan.
Por el contrario nos quedamos por la zona de bares y tras un par de cambios de barra acabamos cenados gracias a las tapas que acompañaban las bebidas. Al final de la noche nos volvimos a juntar con el grupo que visito la Alhambra y pudimos conocernos todos un poquito mejor en los pubs de la ciudad.
Sábado
Cada cual se fue levantando según le permitían sus ganas y sus fuerzas, pero gracias al desayuno contundente que incluía el hospedaje pudimos patear por las calles de Granada durante toda la mañana. Por la tarde nos apuntamos a una guía turística por el barrio del Albaicín, la parte más alta de la ciudad. Tras esto volvimos al centro para ver las zonas turísticas de Granada y su vida nocturna. A partir de ahí tapas y más tapas que bien valieron de cena, “comida como para una boda” que dirían nuestros amigos granadinos. Eso sí, el cansancio empezó a hacer mella en muchos de nosotros que optamos por no volver muy tarde a casa.
Domingo
Era el día de volver a casa así es que había que aprovechar al máximo el ultimo día en la ciudad. Compras de última hora, ver la catedral por dentro (gracias a la misa) y comer en un auténtico restaurante árabe, era necesario comprobar esos 700 años de influencia musulmana. Incluso tuvimos la suerte de ver al grupo Elsa Bhör en directo tocando en mitad de Plaza Nueva. Tras todo esto no tardamos en volver a los coches. A fin de cuentas el lunes había clase.