Por Nacho Taguas, estudiante de biotecnología en la UPM
El lunes 20 de Noviembre asistí a una visita a la Fundación Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia (IMDEA-Nanociencia) organizada por AsBioMad.
Durante la primera hora de la visita cinco investigadores e investigadoras nos informaron brevemente acerca de sus principales líneas de investigación. Primeramente se habló acerca del trabajo con las pinzas ópticas, que en resumen utiliza rayos de luz procedentes de un láser para manipular muestras tan pequeñas como átomos, pues la radiación procedente del haz del láser puede “atrapar” pequeñas partículas (entre 10 y 100 nm, aproximadamente).
Otros campos de investigación a los que se nos introdujeron fueron el desarrollo de superficies nanoestructuradas –de gran interés en diversos ámbitos, puesto que son capaces de mejorar determinadas propiedades físicas como la resistividad eléctrica o la elasticidad- y el uso de metalo-drogas: se está buscando una forma de activar estos compuestos únicamente en lugares concretos de forma que sólo actúen en la zona afectada; un ejemplo mencionado es la utilización de la disminución de pH en zonas tumorales para la activación de las nanopartículas metálicas que presentan el fármaco.
También se habló del papel de las nanoparticulas de oro y nanoestructuras con ADN como biosensores, y del uso de nanopartículas magnéticas (de magnetita) para el tratamiento de cáncer. Este segundo caso en concreto me interesó especialmente porque ya ha sido probado en ratones y se ha observado cómo, aplicando una corriente alterna, las nanopartículas inyectadas intra-tumoralmente aumentan su temperatura hasta tal punto que generan la apoptosis y muerte de células malignas. Nos comentaron que este proyecto lo llevan a cabo en colaboración con empresas con el objetivo de llegar a fase clínica y en algún momento que pueda llegar al mercado, probablemente acompañando a otro tratamiento anti-cáncer e incrementando la eficacia.
Tras estas breves presentaciones se prosiguió con una visita por las plantas primera y baja, donde se localizan la mayoría de laboratorios e instrumental relacionados con biotecnología. Entre otras cosas se mostró el microscopio de fuerza atómica (AFM), que se emplea para la caracterización de la superficie de muchas muestras (proporcionando una visión a escala atómica). El recorrido también incluyó la muestra del instrumental empleado para el estudio de superficies laminares (así como una breve explicación acerca de su funcionamiento) y la visita al taller privado del instituto, en el cual se resuelven aquellos problemas mecánicos que les surgen a los investigadores o investigadoras cuando necesitan usar simultáneamente varios instrumentos para un determinado experimento.
En mi opinión, la visita al instituto IMDEA Nanociencia fue muy interesante y productiva, y aunque algunas presentaciones eran bastante densas para alumnos de grado como nosotros, en un corto periodo de tiempo lograron darnos ideas básicas sobre las principales líneas de investigación del instituto, con lo que nos fuimos con una idea general bastante buena. Creo que nos dio una visión bastante completa acerca de cómo se trabaja con la distinta maquinaria y cuál es la dificultad de emplearla para realizar experimentos complejos. En conclusión, fue una visita muy enriquecedora que me permitió conocer otros biotecnólogos y adquirir una nueva perspectiva sobre la nanobiotecnología.